Es curioso lo diferente que puede llegar a ser la percepción de algunos acontecimientos en función de la experiencia personal o la tendencia a despreciar lo propio.
Respecto del pasado debate electoral, uno de los comentarios más extendidos a lo largo de la mañana ha sido lo encorsetado, aséptico y pactado, a nivel de temas, que había resultado.
Cual no sera mi sorpresa al oir esta tarde a Álvaro Vargas Llosa alabando el formato, calificándolo de dinámico, de pelea, con interrupciones, con los temas bien elegidos y con polémica. Todo ello ante la estupefacción del resto de los presentes.
Claro. Ha explicado que después de haber visto el último año de debates republicanos en Estados Unidos, tan pautados y sin confrontación, este le ha parecido bueno.
La pregunta es ¿Qué debates han servido a los otros tertulianos como base de comparación? ¿O simplemente había que criticarlo y ya está?
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